La empresa familiar es una de las principales figuras en la estructura económica de este país. Grupos como Bimbo, Cuervo, Televisa, Carso, Cemex, Comercial Mexicana y otros, son consorcios originalmente familiares, que representan entre el 70% y el 90% de las empresas en México.
A pesar de estas cifras, hay un alto índice de fracaso de empresas familiares. La mayoría no sobreviven los primeros cinco años. “De las empresas familiares que sobreviven en este periodo, 2/3 quiebran o se venden en la primera generación. Solo un insignificante 15% logra llegar a manos de la tercera generación” (Alden G. Lank, presidente del consejo internacional de Family Business Network).
La institucionalización parece ser un factor clave para la subsistencia de la empresa familiar, ya que una empresa institucional cuenta con reglas y métodos establecidos formalmente para su operación que obligan a una toma de decisiones fundamentada en criterios de management.
¿Qué significa esto? Que cuentan con un consejo de administración, un organigrama estructurado, políticas y procedimientos escritos, planeación estratégica, presupuestos y procesos formales de seguimiento, revisión de resultados y rendición de cuentas a los accionistas.
La interacción de los sistemas FAMILIA-EMPRESA-PATRIMONIO resulta muy compleja, y potencialmente conflictiva, por lo que un proceso de institucionalización es vital para su supervivencia.
En su arranque, los procesos de este tipo comienzan enfocándose en las dos circunstancias de sucesión que veremos a continuación.
El plan de sucesión de la dirección
La institucionalización implica contar con un plan de sucesión de la dirección de la empresa, bien estructurado, que debe estar íntimamente ligado a los planes de vida y retiro del fundador y/o director (generalmente el padre o el abuelo) y del resto de la familia.
La finalidad de este plan es establecer eventos y fechas para que el negocio pueda transitar al cambio de directiva con el menor riesgo posible, sustituyendo en ocasiones el largo liderazgo personal de un dueño.
Asimismo, permite a la empresa familiar tener mayores posibilidades de continuar y perdurar a través de varias generaciones.
Existen fórmulas jurídicas para suceder con perspectiva una empresa, basadas en una debida integración de los órganos de la propia empresa o sociedad mercantil respectiva.
En el proceso de sucesión de la empresa familiar, desde luego uno de los retos es elegir a la persona indicada para el futuro manejo de la empresa; es decir, quién o quiénes de la familia heredan la empresa o la administración de la misma.
En la realidad, y como sana práctica, se busca cada vez más la profesionalización de la empresa familiar mediante la contratación de directivos externos.
La sucesión del patrimonio
Las acciones, los bienes inmuebles, las concesiones y, en general, todos los bienes generados por una empresa familiar constituyen su patrimonio.
El plan de sucesión de los bienes patrimoniales debe especificarse claramente en el testamento del fundador o dueño del negocio.
Los temas de herencia suelen ser complicados dentro de las familias, y más si se trata de una empresa. Si a esto le sumamos casos en los que no se cuenta con un testamento bien elaborado y actualizado, así como con un buen plan de sucesión, la situación entre herederos se puede complicar e incluso llegar a disputas innecesarias, afectando el curso de la operación de la empresa. Por ello, resulta muy útil contar con asesoría legal externa que ayude a la familia a transitar el proceso, de forma equilibrada y justa, cuidando que la empresa pueda perdurar y la familia no se desintegre.
Cuando no existe un testamento, los juicios sucesorios pueden resultar largos y complicados, favoreciendo la posibilidad de que, mientras tanto, pueda haber abusos innecesarios.
En los testamentos debe preverse, entre otras cosas, una representación adecuada de los menores o incapaces. Por eso es muy importante la asesoría de un abogado para designar adecuadamente a los albaceas o tutores.
En caso de estar casado (a), es importante que los testamentos queden debidamente cruzados con el cónyuge para evitar que existan disposiciones contrapuestas.
Por lo que se refiere al tema de los inmuebles, es muy importante que los mismos estén debidamente regularizados, evitando problemas de escrituración para los herederos.
Desde el punto de vista fiscal, se debe procurar siempre una debida asesoría en el tema.
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